El euro digital, propuesto por el Banco Central Europeo (BCE), promete ser una forma segura de dinero digital al estar respaldado directamente por una institución confiable como el BCE. Esto lo hace diferente a las stablecoins y el dinero emitido por la banca tradicional, ya que no depende de intermediarios privados que puedan quebrar, ofreciendo una base sólida de seguridad.
En el lado positivo, el euro digital usará tecnologías avanzadas como cifrado fuerte y posiblemente los libros de contabilidad distribuida para proteger las transacciones contra fraudes y hackeos. Estará regulado bajo las estrictas leyes de la Unión Europea, lo que añade una capa extra de confianza. Además, al no depender de bancos comerciales para su respaldo, ofrece seguridad en tiempos de crisis financiera, ya que el BCE garantiza su valor.
Sin embargo, también hay riesgos que considerar. Aunque la tecnología será robusta, ningún sistema digital está completamente a salvo de ciberataques, y un fallo podría poner en peligro las transacciones o los fondos de los usuarios.
Otro punto negativo es la privacidad: al ser controlado por el BCE, existe el riesgo de que las autoridades puedan rastrear tus transacciones, lo que preocupa a quienes valoran el anonimato del efectivo. También podrían surgir fallos técnicos o errores humanos que afecten su funcionamiento.
