Ark vendió 7,9 millones de dólares de su ETF de bitcoin al contado en sus fondos ARKW y ARKF (Fintech Innovation).

A pesar de esta reducción, ARKB mantiene una presencia sólida: en ARKW, es la principal participación, con una ponderación del 9,5% y un valor cercano a los 165 millones de dólares; en ARKF, ocupa el cuarto puesto, con un 6,1% del portafolio, equivalente a 62 millones de dólares.

Esta venta se alinea con las reglas internas de Ark, que establecen que ninguna participación puede superar el 10% de la cartera de un fondo. La estrategia busca garantizar la diversificación y mitigar riesgos en un mercado volátil como el de las criptomonedas.

Así, si el valor de eToro u otras participaciones varía significativamente, Ark probablemente continuará reequilibrando su portafolio para cumplir con esta normativa.

Desde la óptica bitcoiner, quizás la venta de ARKB resulta difícil de justificar. Bitcoin es más que un activo financiero: es un refugio de valor y una herramienta de soberanía económica frente a la inflación y la centralización.

Reducir la exposición a ARKB, incluso por diversificación, podría interpretarse como una falta de confianza en el potencial a largo plazo de la moneda.

Sería lógico que bitcoin, con su oferta fija y la adopción creciente que CriptoNoticias viene reportando, se priorice sobre plataformas como eToro, que, aunque innovadoras, operan principalmente dentro del sistema financiero tradicional y dependen de una base de usuarios más amplia.

Además, la venta de ARKB, aunque parcial, podría enviar una señal de cautela a los inversionistas en un momento clave para el mercado.